¡¡¡APRENDER TODOS LOS DIAS!!!

¡¡¡APRENDER TODOS LOS DIAS!!!

 

Por el Lic. Walter Zapata Legrand

 

“Si tú debes “FORZAR” algo en tu vida, siempre conviene pensar que eso no es de tu talla”.

He llegado a una edad en mi vida, donde NO vivo con el fin de impresionar a nadie. Es más, si alguien desea retirarse de mi lado, muy cordialmente lo invito y conduzco a la salida, para que no se pierda en el camino de la salida.

Aprendí, que no se brilla, apagando a los otros, por el contrario, mientras más brillan las personas que están a tu lado, más luz tendrás tú.

Aprendí, a no juzgar a nadie, solo porque su “PECADO” es diferente a mí forma de PECAR.

No somos nadie para JUZGAR a nadie, ya que detrás de toda persona difícil, siempre hay una historia difícil también.

Aprendí, que nadie pierde a nadie, ya que nadie pertenece a nadie. Esa es la verdadera experiencia de libertad: Tener lo más importante de este mundo, sin poseerlo.

Aprendí, que las relaciones de los hombres son contratos libres, que se inician con un chispazo y que pueden terminar del mismo modo.

Aprendí, que cuando pierdes el miedo a la posesión o a la pertenencia, no sientes necesidad de dependencia de nada ni de nadie;  No perteneces a nadie, ni nadie te pertenece a ti. Es en ese momento eres libre y comienzas a dar libertad.

El ejemplo más cercano que tengo para darles sobre “sentido de pertenencia puro”, es el que sienten los animales que se agrupan en manadas, como los lobos o leones. Si bien su forma de comunicarse es diferente a la nuestra, no es difícil apreciar la importancia que dan a sus compañeros, a sus roles y a los ajenos, al bienestar general y a mantener la unión para ser más fuertes.

No sé qué piensan ellos, o si consideran que su especie sea superior a las demás (como hacemos los hombres), pero al menos no los vemos perder el tiempo. Saben muy bien, defenderse y autoabastecerse, transitan infinidad de kilómetros y superan los fríos y los calores más intensos. No hay préstamos, becas, deudas, mezquindad, ni intercambios entre ellos. No hay gobernantes corruptos con una voracidad por el poder y por el poseer. Solo hay compañía verdadera, un sentido de pertenencia a quienes están y estarán siempre de verdad, en carne y hueso, con una sola cara.