EMOCIONES
Emociones
Por: Lic. Walter Zapata Legrand
¿Qué clases de emociones podemos articular los individuos?
La psicología siempre se ha interesado por las emociones, porque éstas influyen en nuestro pensamiento,
en nuestra conducta e incluso en nuestra salud mental.
Es por eso
que el concepto de Inteligencia
Emocional (IE) ha ido ganando
terreno en las últimas décadas y palabras como Validación Emocional (VE), Regulación
Emocional (RE) o Gestión Emocional (GE) nos resultan cada vez más familiares.
Está
demostrado que la inteligencia emocional mejora nuestro bienestar y nuestro rendimiento.
¿Qué son las Emociones?
Son muchos los teóricos que han intentado explicar qué son las emociones. Para el psicólogo David G. Meyers, las emociones
están compuestas por: La “excitación fisiológico, por el comportamiento
expresivo y la experiencia consciente”.
En la
actualidad, se acepta que las emociones se originan en el sistema límbico y que estos estados complejos tienen estos tres
componentes:
- Fisiológicos: Es la primera reacción frente a un estímulo y son involuntarios: la respiración aumenta, cambios a nivel hormonal, etc.
- Cognitivos: La información es procesada a nivel consciente e inconsciente. Influye en nuestra experiencia subjetiva.
- Conductuales: Provoca un cambio en el comportamiento: los gestos de la cara, el movimiento del cuerpo...
Teorías de la Emoción
De hecho,
desde hace décadas se han ido formulando distintas teoría sobre la emoción. Las
más importantes se clasifican de tres maneras:
- Teorías Fisiológicas: afirman que respuestas intracorporales son las responsables de las emociones.
- Teorías Neurológicas: plantean que la actividad en el cerebro lleva a respuestas emocionales.
- Teorías Cognitivas: proponen que pensamientos y otras actividades mentales son responsables de la formación de las emociones.
Clasificación de las Emociones
Pero, ¿cómo
se clasifican las emociones?
Existen
distintos tipos de emociones, que a continuación daré una lista con una breve
explicación de cada una de ellas. Ten en cuenta, sin embargo, que no se trata
de una clasificación definitiva, ya que ninguna plasmará al 100% cómo se
agrupan y se relacionan entre sí las emociones; simplemente, es una
clasificación útil.
1. Emociones Primarias o Básicas
Las emociones primarias también se conocen como emociones básicas.
Son las
emociones que experimentamos en respuesta a un estímulo:
Felicidad, Tristeza Sorpresa, Asco, Miedo e Ira. Todas ellas constituyen procesos de adaptación
y, en teoría, existen en todos los seres humanos, independientemente de la
cultura en la que se hayan desarrollado.
Sin
embargo, recientemente, una investigación llevada a cabo por la Universidad de
Glasgow, que se publicó Current Biology, concluye que no son seis las
emociones básicas, sino que son cuatro.
2. Emociones Secundarias
Las emociones secundarias son un grupo de emociones que siguen a las
anteriores. Por ejemplo,
cuando experimentamos la emoción básica de miedo después podemos sentir las
emociones secundarias de amenaza o enfado, dependiendo, claro está, de la situación que
estemos viviendo. Las emociones secundarias son causadas por normas sociales y
por normas morales
.
3. Emociones Positivas
Dependiendo del grado en que las emociones afectan al comportamiento del
sujeto, éstas pueden ser o bien positiva o bien negativas. Las emociones positivas también se conocen
como emociones saludables, porque afectan positivamente al bienestar del
individuo que las siente. Favorecen la manera de pensar, de razonar y de actuar
de las personas. Por ejemplo, la alegría, la satisfacción, la gratitud nos provocan una actitud positiva frente a la
vida y nos hacen sentir experiencias que nos ayudan a sentirnos bien.
4. Emociones Negativas
Las
emociones negativas son opuestas a las emociones positivas, porque afectan
negativamente al bienestar de las personas. También se conocen como
emociones tóxicas, y suelen provocar el deseo de evitarlas o evadirlas. El miedo o la tristeza son algunos ejemplos.
Sin
embargo, hay que tener en cuenta que este tipo de emociones, en pequeñas
cantidades y relativa baja intensidad, no son perjudiciales. De hecho, forman
parte del proceso de aprendizaje, ya que gracias a ellas nuestra memoria
emocional nos ayuda a recordar las consecuencias que tienen ciertas
conductas (o exponernos a ciertos contextos).
5. Emociones Ambiguas
Las
emociones ambiguas se conocen también como emociones neutras, puesto que no
provocan ni emociones negativas ni positivas, ni saludables ni no saludables.
Por ejemplo, la sorpresa no nos hace sentir ni bien ni mal.
La
existencia de estas emociones deja claro que somos animales complejos, y que
nuestras experiencias presentan muchos matices.
6. Emociones Estáticas
Algunos autores también han hecho referencia a las emociones estáticas. Son aquellas que se producen gracias a
distintas manifestaciones artísticas, como por ejemplo: la música o la pintura.
Así, al
escuchar una canción podemos sentirnos muy felices o muy tristes, pero esa
sensación sería cualitativamente diferente a la felicidad o la tristeza que se
experimenta ante cualquier otra experiencia, ya que se vive en un contexto
artístico, mediado por símbolos y atribuciones sobre las intenciones del autor.
7. Emociones Sociales
Las emociones sociales no se refieren a las emociones culturalmente
aprendidas, sino que es
necesario que haya otra persona presente o de lo contrario no pueden aflorar.
Por ejemplo, la venganza, la gratitud, el orgullo o la
admiración, son emociones
que sentimos respecto a otros individuos.
8. Emociones Instrumentales
Las emociones instrumentales son aquellas que tienen como fin u objetivo
la manipulación o el propósito de lograr algo. Son complicadas de reconocer porque puede
parecer que sean naturales. Sin embargo, son emociones forzadas y esconden una
intención. En ocasiones, son fruto de la auto-sugestión: someterse a ciertos
contextos voluntariamente para hacer que una parte de esa emoción tiña nuestra
forma de comportarnos.
La importancia de la Educación Emocional
Muchas veces no nos damos cuenta de la importancia de la educación
emocional. En las
escuelas, por ejemplo, están más preocupados por enseñarnos a ser buenos
profesionales, y dejan de lado el convertirnos en personas emocionalmente
inteligentes y emocionalmente sanas. La inteligencia emocional ha demostrado
ser una herramienta básica para nuestra salud mental y es, sin duda, una forma
de empoderarnos frente a la vida, de convertirnos en personas mucho más
preparadas para el día a día. ¡Mucho más felices!
La Inteligencia
Emocional (IE) es un término que se hizo famoso gracias a Daniel Goleman, y
desde entonces muchas investigaciones han afirmado que es positiva no sólo para
nuestra vida cotidiana, sino que en el trabajo, en el deporte e incluso en la
educación, es altamente eficaz y aporta muchos beneficios para el rendimiento.
Según
Goleman, los componentes de la inteligencia emocional son:
- Autoconocimiento emocional
- Autocontrol emocional
- Automotivación
- Reconocimiento de las emociones de los demás
- Relaciones interpersonales
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