¿PODEMOS CAMBIAR?
¿PUEDO CAMBIAR?
Por: Lic. Walter Zapata Legrand
Antes de comenzar con el desarrollo de la respuesta, te digo que “SI”. Tú puedes.
Frecuentemente escucho entre mis familiares,
amigos y alumnos, expresiones como “yo
soy así, no puedo cambiar” o “esa
persona es así”, u otras expresiones similares.
¿Cuáles son los admitidos detrás de esas frases?
Que hay una forma de ser fija e inmutable, que
aparentemente nos fue dada por naturaleza y no se puede cambiar. Estas conjeturas,
inhiben completamente la posibilidad de permutar y limitan el poder transformador
que cada persona posee.
Si bien todos tenemos ciertas “propensiones” de
comportamiento que nos son habituales, eso no significa que no podamos cambiar
esas tendencias por otras que nos sean más funcionales y de mayor posibilidad
para nuestra vida.
La gran pregunta es: ¿cómo hacerlo?
Para empezar, lo primero que debemos hacer es reconocer que nuestras “formas de
ser” no son fijas e inmutables sino que se pueden transformar, y que la
principal herramienta alternativa que poseemos es la “Acción”.
Uno de los principios de la Filosofía del
Lenguaje dice:
“No sólo
actuamos de acuerdo a como somos, sino que también somos de acuerdo a cómo
actuamos. La acción genera ser. Uno es el resultado de acuerdo a lo que hace” ¿Qué significa esto en la práctica? Que podemos
modificar nuestra forma de ser cambiando nuestras acciones, y sosteniéndolas en
el tiempo.
Veamos un ejemplo para verlo más claramente: Una
persona se define como “retraída” debido a que en el pasado reiteradas veces
tuvo determinados comportamientos (acciones) que la hacen definirse de esa
manera (ej. no hablar en las reuniones sociales, bajar la vista ante la mirada
de otra persona, no expresar su opinión, etc.). Supongamos que esa persona
quiere cambiar su forma de ser “tímida” por otra que le abra más posibilidades.
Para ello tendrá que identificar cuáles son las acciones o comportamientos
específicos que la hacen definirse de esa manera, y a continuación proponerse
cambiar esas acciones. Es mucho más fácil pensar en cambiar una acción que
pensar en cambiar nuestro ser.
Si esa persona empieza a actuar diferente,
comienza a hablar en las reuniones, expresar lo que piensa y sostener la mirada
cuando la miran, y si mantiene esas acciones en el tiempo, su “ser” habrá
cambiado y ya no se definirá como retraída. A su vez esas nuevas acciones
modificarán sus emociones y su predisposición a actuar, por lo que cada vez le
resultará más fácil y natural actuar de la nueva forma.
Cambiar nuestra forma de ser es un proceso de aprendizaje y como tal necesitamos
paciencia, permitirnos cometer errores y aprender de los mismos.
También puede ser muy útil pedir coaching y
trabajar con tu coach en este proceso de aprendizaje ya que un coach trabajará
teniendo en cuenta no sólo tus acciones, sino también tus pensamientos, tus
actitudes, tus maneras de actuar y en tus emociones asociadas a esa forma de
ser, facilitando la disolución de los obstáculos que puedan ir surgiendo en el
camino.
Para finalizar te regalo estas preguntas:
¿Qué “formas de ser” te gustaría modificar? ¿Qué
posibilidades se abrirían para ti si lo hicieras?
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